Cuando
llegó no había nadie, estaban las luces apagadas y todo recogido, su madre le
había dicho que regresase antes del cierre, eso iba a suponer un buen enfado de
su padre, volvería a darle una paliza, estaba tan cansada de sus golpes… tenía
tanto miedo.
Entonces
oyó un ruido en el almacén, y se dio cuenta de que la puerta no estaba cerrada
con llave. La abrió con cuidado, dentro todo estaba oscuro.
—¿Hay
alguien ahí? ¿Papá? ¿Mamá? Chicos ¿no estaréis haciendo de las vuestras? —no
obtuvo respuesta.
Con cuidado
fue palpando la pared en busca del interruptor para encender la luz, no lo
encontró y entró con la idea de buscar otra llave para cerrar y dejar a salvo
toda la mercancía.
Escuchó un
ruido, como si alguien se levantase del suelo, contuvo la respiración y se
dispuso a salir corriendo, silenciosa. Sigilosamente y muerta de miedo intentó
salir por la puerta que había dejado abierta. Pero fue más rápido que ella, una
mano atrapó la suya y tiró para meterla dentro del almacén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario