miércoles, 13 de mayo de 2015

Lulú








Pasé el resto de la mañana con Lulú, que me explicó el funcionamiento del edificio, dónde estaban los comedores, el área de descanso y el centro de transporte, que me facilitaría la llegada hasta la zona residencial al terminar la jornada.
Ella no procedía de ninguna granja, pertenecía a una de las familias más antiguas de la ciudad, lo que le había asegurado un buen trabajo sin necesidad de competir con sus hermanos y el resto de jóvenes. Cuando me lo contaba creo que no se daba cuenta de lo afortunada que era, y de lo injusto que encontré todo aquello.
Tampoco podía quitarme de la cabeza mi encuentro con Set ¿era quien yo creía? Y en ese caso ¿qué sabía él de su pasado?

Empezaba a hacerme demasiadas preguntas, mi nueva vida era demasiado diferente a la anterior. Hasta entonces no me había parado a pensar en lo que suponía nacer en una granja de humanos o hacerlo en la gran urbe, las diferencias eran abismales. Mientras unos tenían muchísimos privilegios, los otros se pasaban la mitad de su vida luchando por la permanencia, por la supervivencia, por su propia identidad, y lo hacían contra sus propios hermanos, aquello era una atrocidad.